domingo, 26 de agosto de 2012

Carencias invisibles

Un par de zapatos nuevos, vestimenta adecuada y una maleta preparada para un largo viaje; Todo elegido a través de esa ilusión que palpita desde el corazón pero se siente en el estómago. Un cielo nublado que resguarda el rostro de los rayos hostiles del sol y un suelo que acaba de ser regado por las gotas frías de la lluvia que impulsó esta nueva emoción. Cada bombeo de sangre que nos regala el corazón es una fuga de emociones que nos recorre todo el cuerpo, usando como vía segura nuestras venas y paralelamente retumbando en nuestra piel. Como se podría decir, una emoción para cada tiempo; un tiempo para nuevas emociones. ¿Pero quien define la concordancia entre emociones y momentos? 

Todas las condiciones para emprender una nueva aventura están dándose, cada uno de los parámetros que deben cumplirse han sido cumplidos; cada cosa en su lugar. Entonces, ¿qué es lo que detiene estos impulsos de estallar internamente y expulsar la luz de la satisfacción a través de los ojos?

Si te encuentras en una situación similar... Me gustaría saberlo.

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