El disfraz que usas para entrar en mí, que usas siempre para mentir; es el que me tiene enamorada. He sido ingenua yo lo sé, porque me dejo convencer por la pseudoinocencia que hay tu mirada. Cada vez que intento escapar y correr y correr y esconderme de ti me vuelve a atrapar esa mano de trapo tan fría conmigo y tan cálida con cualquiera. No me he dado cuenta que amo el color que yo quiero ver, que amo tan sólo el hilo que elegí sin darme cuenta que estaba tejiendo falsas ilusiones, emociones erradas viviendo al borde de las precauciones que tomabas para amarme.
Si un pedazo de tela me pudiera amar, si el tierno algodón me pudiera abrazar y brindarme el calor y ese suave esplendor despertar en mi mirada.
Tu estúpido amor falaz, tu frialdad detrás de un atuendo es lo que al final logro ver, lo que comprendo es que no amé sólo me ilusioné queriendo vestirte con el disfraz que guarda mis ilusiones, mis pasiones y cada uno de mis temores. Queriendo encontrar un hombre honesto en donde sólo existe un hueco.
Esta noche, bajo las estrellas quemaré el disfraz que se consumirá junto a mis miedos y se irá mi temor de amar y correré al encuentro de mi amor, ese que callado esperó y del cual su eterno silencio no me permitió entender que su destino era yo.
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